martes, 8 de diciembre de 2009


Una cree que si aparenta estar bien, luego, se pondrá bien realmente. Otras veces una ya no puede hacerse la boluda: el tiempo ha pasado y no mucho ha cambiado. La certeza de no haberlo superado es una puñalada en el orgullo más que en el corazón.Determinados eventos de la vida van alterando nuestro carácter. Es posible que, aunque hoy seamos unas jodidas resentidas, no lo hayamos sido en el pasado. Querríamos volver a la inocencia pre-sufrimiento, porque que te rompan el corazón es una cagada.La soledad, la depresión y los estados patéticos nos conducen a errores que juramos no volver a hacer. Llamar a un ex es como la recaída del drogadicto. Una vez terminada la experiencia adrenalínica, sólo queda vacío y muchas ganas de cortarse las tetas.Dejar pasar los días como si uno fuera inmortal sólo denota poca inteligencia. La mediocridad de la paja mental conduce a pensamientos que nos hacen mal, pero a veces activar y ser productivo es más dificil que escalar el Aconcaugua.. En períodos de debilidad cometemos el error de "jugar a los novios" con el primer idiota que aparece.A veces llega el momento de mirar hacia atrás y comparar la diferencia entre dos puntos específicos de nuestra vida, para a partir de esto, y bajo la luz de los nuevos datos, hacer una reinterpretación de nuestra forma de ser.
Que es peor?  No tener en quien pensar ; O tener por quien llorar? 
 

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